No sé como llegué a ti, tampoco sé como tu llegaste a mi. Pero desde aquel día que nos conocimos te quedaste en mi mente. Nadie supo de tu existencia hasta más adelante cuando las cosas se sucedieron. Sólo sé que me haces la persona más feliz del mundo. Con cada abrazo me haces tocar, ver, las estrellas, el universo. Con cada beso me elevas a ese lugar al que los creyentes deben de llamar cielo. Cuando me agarras la mano siento ese agradable cosquilleo...
Pasar cinco míseros minutos contigo me alegra todo el puto día. No lo puedo evitar. Solo quiero quedarme en este sueño, en esta burbuja que creé contigo, evitar despertarme, evitar que se explote...
Sé también que no te consideras perfecto, pero sabes que para mi lo eres... Todo lo que escribo, todo mi pensamiento, te engloba a ti... todo tiene que ver contigo.
Contemplar contigo las estrellas de noche, sin previo aviso y bajo tu abrazo es la mejor sensación que se puede tener.
Sé que tal vez este no sea mi mejor texto, pero estoy temblando a la vez que escribo. Temblando al recordar todos los momentos pasados y pensar en los que van a pasar...
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