viernes, 28 de noviembre de 2014

Lluvia

Miraba por la ventana solitaria de mi habitación. Veía caer la lluvia y los rayos golpear sin dañar el suelo, mientras oía el sonido estridente de los truenos. Pero no me asustaba, me hacía sentir acompañada. Desde que ellos se habían ido, cualquier cosa me hacía sentir acompañada.
Cogí el libro que tenía en la mesita y preparé el paquete de pañuelos, pues sabía que iba a llorar. El libro era triste, me reflejaba en él y le identificaba con la protagonista, que, al igual que yo, se había quedado sola.
Me propuse leer hasta terminar el libro. Cuando lo terminé era casi de noche, y estaba bastante oscuro. Me decidí a salir a tomae un poco el aire. Cogí el tabaco, lié un cigarro y salí a la terraza. Fumé con tranquilidad mientras la lluvia seguía cayendo con fuerza y los rayos estaban cada vez más lejos...