lunes, 16 de septiembre de 2013

Besamos la muerte.

Cada vez que hablamos sólo pienso en eso, en cada palabra, cada frase que dices.
Aquel día, ese sábado, me aclaraste todo, esa noche besamos la muerte en la fiesta, la besamos y bailamos con ella, pegados.
Al volver dormí sobre ti, tú dijiste que te gustó insististe en que te gustó verme dormir llamandome angel. Después nos despedimos...
A los días que los siguieron hablamos y a cada palabra sonreía más, pactamos besos, usarnos de almohada, me llamaste estrella, me dijiste que te gustaba y yo me lancé y dije lo que yo había sentido al conocerte, que se fue acentuando cada día que hablabamos. 
Y ahora aqui estoy escribiendo esto después de ese "Buenos días, princesa" 

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